Rostislav Sukennik, presidente de la Asociación de Organizaciones Ucranianas en Alemania
Con el inicio de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania, la vida y las actividades de nuestra comunidad cambiaron radicalmente. Antes, estábamos enfocados en representar los intereses de los ucranianos en Alemania: organizábamos eventos culturales, apoyábamos las escuelas ucranianas y ayudábamos a integrar a aquellos que ya se habían mudado hacía tiempo. Pero la guerra nos obligó a cambiar nuestro enfoque. Inmediatamente entendimos que debíamos ayudar a Ucrania y a aquellos que sufrían a causa de la agresión rusa.
Al principio, nuestra actividad era caótica. Recogíamos y enviábamos todo lo que podíamos: alimentos, ropa, medicamentos. En los primeros meses de la guerra, esto parecía ser lo más necesario. Pero pronto se hizo evidente que no era posible proveer a todos de manera inmediata. Así que decidimos centrarnos en un área concreta donde podríamos ser más útiles. Así surgió la idea de ayudar con muebles.
La pandemia de COVID-19 dejó una serie de cambios. Las empresas redujeron el espacio de oficinas, se cerraron o se mudaron, y ya no necesitaban muebles. Comenzaron a regalar mesas, sillas, armarios e incluso equipos de cocina. Al principio recibimos un lote de 90 mesas de oficina. Fue como una prueba: ¿habría demanda de estos en Ucrania? Resultó que sí. Nos contactaron escuelas, hospitales, organizaciones que recibían desplazados y también fuerzas armadas. Necesitaban las cosas más simples que pudieran generar al menos un mínimo de comodidad.
Paralelamente, comenzamos a recibir grandes lotes de equipo médico. Los hospitales en Alemania a menudo desechan equipos que aún pueden ser utilizados. Recibimos de todo: desde sillas de ruedas hasta lámparas quirúrgicas. La cooperación con otras organizaciones ucranianas amplió aún más nuestras posibilidades.
Un contacto especialmente importante fue con la iniciativa Unite With Ukraine del Congreso Mundial de los Ucranianos (CMU). Después de una reunión en el Congreso del CMU en Bucarest, unimos esfuerzos para suministrar muebles a centros militares, hospitales y centros educativos. Gracias a las acciones conjuntas, pudimos mejorar considerablemente las condiciones en muchas instituciones donde trabajan médicos y defensores.
El mayor desafío ha sido la logística. En los primeros meses enviábamos ayuda a través de Odesa, Kyiv, Cherkasi e Ivano-Frankivsk. Hoy en día, utilizamos rutas a través de Polonia. Esto permite entregar lo necesario más rápido y de manera más segura.
La cooperación con el CMU no solo ha sido una solución práctica para cubrir las necesidades urgentes, sino también un símbolo importante de unidad y apoyo a nivel internacional. Nos ha permitido no solo reaccionar rápidamente a las necesidades, sino también ofrecer ayuda sistemática a quienes más lo necesitan, lo que ha fortalecido la confianza en nuestro objetivo común y fomentado el desarrollo de nuevas iniciativas para continuar apoyando a Ucrania.
Este trabajo no habría sido posible sin el apoyo de los voluntarios. Somos un pequeño equipo de personas con trabajos principales, pero que en su tiempo libre organizamos el envío, la clasificación y el embalaje. Muchos de nosotros lo consideramos una misión. Sabemos que incluso una pequeña ayuda puede cambiar la situación. Un colchón cómodo para un soldado o una mesa para los desplazados no son solo muebles. Es un gesto de apoyo que les recuerda a las personas que no se les olvida.
También entendemos que en el tercer año de guerra el apoyo de la comunidad internacional está disminuyendo gradualmente. La gente se cansa, las noticias sobre Ucrania pasan desapercibidas. Esto es un gran problema, ya que la lucha continúa y la ayuda es más necesaria que nunca. Buscamos constantemente formas de captar atención: contamos historias, organizamos reuniones y explicamos por qué ayudar a Ucrania es importante no solo para nosotros, sino para todo el mundo. Ucrania es el bastión de la democracia, y nuestro éxito será el éxito de toda Europa.
¿Qué nos ayuda a no detenernos? Probablemente, la memoria de aquellos que en el pasado vivieron pruebas mucho más difíciles. Vivimos en condiciones de comodidad, pero sabemos que en Ucrania no hay comodidad ahora. Por eso hacemos todo lo posible para acercar el día de la victoria sobre la agresión rusa.