Paúl Grod sobre las acciones internacionales necesarias contra la flota en la sombra de Rusia

Paúl Grod, Presidente del Congreso Mundial Ucranio

Tras el reciente desastre ecológico en el Mar Negro, donde un petrolero ruso se hundió durante una fuerte tormenta, derramando 4,300 toneladas de fuelóleo, la comunidad internacional debe tomar medidas contundentes contra la flota en la sombra de Rusia. Esta flota no solo financia la guerra criminal de Rusia contra Ucrania, sino que también representa una grave amenaza para el medio ambiente.

El incidente en el Mar Negro ilustra claramente el peligro que representan estos buques no regulados y frecuentemente mal mantenidos. El derrame de petróleo podría convertirse en una de las mayores catástrofes ecológicas de la región en los últimos años, causando daños irreparables a la vida marina y a los ecosistemas costeros. Esta tragedia subraya la necesidad de implementar regulaciones más estrictas y garantizar su cumplimiento para evitar futuros incidentes similares.

La flota en la sombra de Rusia opera con impunidad, evadiendo sanciones internacionales y financiando las acciones militares agresivas del Kremlin contra Ucrania. Estos buques se utilizan para el contrabando de petróleo y otros recursos, directamente apoyando la maquinaria de guerra rusa. Al permitir que esta flota continúe sus actividades, la comunidad internacional contribuye indirectamente a los esfuerzos bélicos de Rusia y a su agresión continua.

Las recientes sanciones del Reino Unido contra la flota en la sombra rusa son un paso importante, pero insuficiente. Se necesitan acciones más decisivas. El Congreso Mundial Ucraniano insta a los países a no limitarse únicamente a las sanciones, sino a dar un paso audaz: confiscar estos petroleros y su carga de productos petrolíferos. Esto cerraría una fuente clave de financiamiento para la guerra de Rusia y enviaría un mensaje claro de que la comunidad internacional no tolerará un comportamiento tan irresponsable y destructivo.

Además, ha llegado el momento de que los países del norte, especialmente Dinamarca, reconsidere su cumplimiento de los acuerdos internacionales que Rusia continúa violando mientras espera que otros los respeten. Dinamarca debe detener el paso de los petroleros rusos a través del estrecho danés, una ruta marítima clave que conecta el Mar Báltico con el Océano Atlántico. Este paso decisivo dificultaría significativamente la capacidad de Rusia para transportar petróleo y debilitaría aún más su economía para sostener la guerra.

No podemos ignorar las consecuencias ecológicas y geopolíticas de las actividades de la flota en la sombra rusa. La comunidad internacional tiene la responsabilidad moral y estratégica de poner fin a esta práctica peligrosa. Esto puede lograrse a través de esfuerzos conjuntos para fortalecer la seguridad marítima, hacer cumplir las sanciones y adoptar nuevas medidas para rastrear y regular estos buques.

El Congreso Mundial Ucraniano hace un llamado a los gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad civil a detener las exportaciones de petróleo y gas de Rusia. Debemos unir fuerzas para proteger el medio ambiente, garantizar el cumplimiento del derecho internacional y apoyar a Ucrania en su lucha por la soberanía y la paz. Es momento de actuar ahora. No esperemos a que ocurra una nueva catástrofe ecológica para tomar las medidas necesarias y abordar este problema urgente.