
El Congreso Mundial de los Ucranianos (CMU) está indignado por las intenciones de la nueva presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI), Kirsty Coventry, de iniciar un debate sobre el regreso de Rusia a los Juegos Olímpicos.
Hace tres años, el 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó una invasión brutal y a gran escala de Ucrania. Las atrocidades rusas en Bucha, Izyum y muchas otras ciudades ucranianas conmocionaron al mundo entero. Permitir que Rusia regrese al escenario deportivo mundial no sólo es traicionar los principios de justicia, sino también enviar un mensaje terrible al mundo: los crímenes de guerra y la agresión pueden justificarse en nombre de las competiciones deportivas.
Hace mucho tiempo que Rusia convirtió la cultura y los deportes en armas y herramientas para difundir su propaganda imperialista. Muchos atletas rusos están directamente relacionados con el ejército y su regreso al movimiento olímpico será una verdadera victoria propagandística para el Kremlin y contribuirá a la difusión de su ideología violenta y represiva en el escenario mundial.
Desde el comienzo de la invasión de Ucrania, el ejército ruso ha matado a casi 500 atletas y entrenadores ucranianos. Los ataques con misiles rusos destruyeron cientos de instalaciones deportivas en Ucrania.
Los Juegos Olímpicos se basan en los principios de paz, unidad y juego limpio, valores que están completamente en desacuerdo con las acciones de Rusia. El regreso de Rusia empaña los Juegos Olímpicos, convirtiéndolos en una plataforma para encubrir crímenes de guerra y genocidio.
El CMU pide al COI y a sus miembros que abandonen resueltamente la idea de devolver a Rusia. Hacemos un llamado a los atletas, las organizaciones deportivas y todos aquellos que defienden la justicia a que se pongan firmemente del lado de Ucrania y fortalezcan su voz en el mundo.
Los Juegos Olímpicos deben seguir siendo un símbolo de paz y derechos humanos, no una herramienta para normalizar el terror y la destrucción.