
La llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos y las duras críticas a los países europeos por parte de la nueva administración de la Casa Blanca hicieron que los países europeos dudaran de la fiabilidad del actual sistema euroatlántico de seguridad colectiva. En este contexto, en el continente europeo se ha desarrollado un serio debate sobre el establecimiento de una nueva arquitectura de seguridad y la capacidad de los países de la región para defenderse frente a las crecientes amenazas de Rusia.
Los elementos clave de estos cambios son el plan de paz franco-británico para Ucrania, el plan de rearme de la Unión Europea presentado por la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, así como la discusión sobre un aumento radical del gasto en defensa en Alemania, la mayor economía de Europa.
El 4 de marzo, el futuro Canciller de Alemania, Friedrich Merz, anunció que la futura coalición gubernamental formada por los conservadores del CDU/CSU y los socialdemócratas había acordado un aumento radical de la financiación para la defensa del país. Las medidas de la nueva coalición incluirán una modernización a gran escala de la infraestructura militar, el rearme y el aumento del número de la Bundeswehr, las fuerzas armadas alemanas, la creación de un fondo especial de infraestructura y defensa con un volumen total de 500 mil millones de euros durante los próximos 10 años y cambios en la Constitución alemana para liberar el gasto de defensa de las restricciones de deuda.
El actual Ministro de Defensa de Alemania y probable futuro líder de los socialdemócratas, Boris Pistorius, calificó estos acuerdos como «un día histórico para Alemania».
En su columna, Oleksiy Kopitko, analista militar ucraniano y ex asesor del Ministro de Defensa de Ucrania, resume los cambios históricos en cuyo umbral se encuentra actualmente el sistema europeo de seguridad y defensa.
Fuente: Kopitko en Facebook
El ruido al otro lado del océano nos impide darnos cuenta de la magnitud de los acontecimientos históricos que se desarrollan en Europa.
En el contexto de los preparativos para la celebración del 80 aniversario de la victoria sobre el nazismo, se tomó la decisión de remilitarizar Alemania. La futura coalición está dispuesta a revisar la política que se ha formado desde los años 40, y todo ello con el aplauso general.
He escrito más de una vez que es imposible resolver las tareas de defensa de Europa sin él, pero no estaba de moda hablar de ello abiertamente.
Las acciones agresivas de Putin hicieron que Suecia y Finlandia se unieran a la OTAN, y Trump (que, por cierto, es mitad alemán) revivió la Bundeswehr.
Lo siguiente en la agenda inevitablemente aparecerán dos cuestiones, sobre las cuales durante décadas prefirieron guardar silencio:
– Alemania como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas;
– Alemania y las armas nucleares.
El potencial Canciller ya ha abordado el tema del «paraguas nuclear» europeo [en referencia a la propuesta de Friedrich Mertz de sustituir las ojivas nucleares estadounidenses en el territorio de los Estados europeos por ojivas francesas y británicas – red.]. Es evidente que Francia y Gran Bretaña no podrán hacer frente a esta tarea.
Si no se cambia el rumbo para reducir la presencia militar estadounidense [en Europa – red.], muy pronto comenzará la discusión sobre las armas nucleares para Alemania. Primero habrá gritos de «¡nunca! ¡Es imposible!». Y entonces todo cambiará.
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