
Es probable que Rusia utilice cualquier alto el fuego en la guerra contra Ucrania para preparar una nueva ofensiva, según analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (IEG).
“Cualquier acuerdo futuro con Rusia para congelar la línea del frente sin capturar completamente las regiones de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón no garantiza el fin de futuras agresiones rusas”, afirma el texto.
El Kremlin busca hacer realidad sus ambiciones territoriales más amplias, especialmente si se impone una moratoria al suministro de ayuda militar occidental a Ucrania, según los expertos.
“La línea del frente actual no proporciona a Ucrania la profundidad estratégica necesaria para una protección fiable contra una nueva agresión rusa, ya que las tropas rusas están desplegadas en la otra orilla del río Dniéper desde Jersón, aproximadamente a 25 kilómetros de Zaporiyia y a 20 kilómetros de Járkiv”, añade el texto.
Rusia también ha intensificado el uso de vehículos blindados a lo largo de toda la línea del frente, lo que podría indicar el inicio de una larga campaña para capturar el llamado «cinturón de fortalezas» en la región de Donetsk.
«Esto probablemente forme parte de una estrategia más amplia para apoderarse del mayor territorio posible en el este y el sur de Ucrania», escriben los analistas.
El Kremlin podría abandonar temporalmente sus firmes exigencias de control total sobre las regiones ocupadas a cambio de otras concesiones de Estados Unidos, por ejemplo, un cambio en el gobierno ucraniano a uno prorruso o una reducción significativa del tamaño de las Fuerzas Armadas Ucranianas, escribe IEG.
«Es probable que el Kremlin aproveche cualquier tregua basada en la limitación del suministro de armas estadounidenses a Ucrania para prepararse para una nueva agresión», dice el texto.
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