
El Presidente del Congreso Mundial de los Ucranianos, Pavló Grod, participó por primera vez en las reuniones del órgano colegial de gobierno de la Iglesia greco-católica ucraniana (IGCU): el Sínodo Permanente.
El evento tuvo lugar en Toronto el 26 de febrero. El encuentro fue histórico, afirmó Su Beatitud Sviatoslav, Padre y Jefe de la IGCU, informó el servicio de prensa de la Secretaría del Sínodo de los Obispos de la IGCU.
“En primer lugar, Pavló Grod presentó a los obispos los desafíos y dificultades que enfrentan los ucranianos en todo el mundo debido a la guerra rusa contra Ucrania. A pesar de ello, siguen llevando al mundo en sus lugares de residencia la verdad sobre el sufrimiento del pueblo ucraniano y las causas de esta guerra colonial moderna, como aseguró el presidente del CMU”, señala el informe.
El Presidente del CMU también mencionó el desafío de la asimilación que enfrenta la diáspora ucraniana. Esta cuestión está directamente relacionada con la preservación por parte de los ucranianos de su identidad ucraniana, su lengua materna y su cultura en sus lugares de residencia, enfatizó Grod.
“El CMU, al igual que la Iglesia greco-católica ucraniana, se preocupa por la integración de cada hombre y mujer ucraniano en su entorno de residencia elegido, pero al mismo tiempo les insta a no olvidar sus propias raíces y orígenes”, dice el mensaje.
Otro ámbito en el que la Iglesia puede desempeñar un papel importante es el de establecer la comunicación y la coexistencia entre diferentes generaciones y representantes de diferentes oleadas de emigración, dice Grod.
“Al fin y al cabo, todos se reúnen durante la oración conjunta en la iglesia y crean una única comunidad parroquial”, cita la IGCU.
Al mismo tiempo, los obispos del Sínodo Permanente hablaron sobre la situación de los migrantes y refugiados ucranianos en los países de su ministerio: EE.UU., Alemania, Polonia, Canadá y Ucrania. Destacaron la urgente necesidad de educar a los ucranianos conscientes en el extranjero y el papel de la Iglesia en este proceso.
“La Iglesia debe ser el corazón de la comunidad ucraniana”, dijo Su Beatitud Sviatoslav, resumiendo la conversación.
Ambas partes expresaron su voluntad de cooperar preservando su naturaleza y objetivos.
Fotografía: IGCU